Con la muerte de Lauren Bacall le decimos adiós a la última de una generación de estrellas del cine clásico. La Bacall nos ha dejado a sus 89 años y quisiera aprovechar esta ocasión para recordar su enorme contribución al cine negro: su mirada penetrante, la seguridad que desprendía en cada movimiento, su única y atrayente manera de fumar, la aureola de misterio con que rodaba a cada uno de sus personajes… y esto último a pesar de lo que la propia Lauren Bacall declaraba:
Si hay una cosa que nunca he sido, es ser misteriosa, si hay una cosa que nunca he hecho, es dejar de hablar.
Quizás no es necesario recalcar que la mano de Lauren Bacall tiene una extensión propia: su cigarrillo. Su manera de fumar es un arte digno de observar con detenimiento. Lauren Bacall fuma con esa elegancia propia de los actores del cine clásico, pero va más allá y le da un punto de picardía, una seguridad de «aquí estoy yo» en el momento de encenderse el cigarrillo que siempre va en su beneficio. Aquí tenéis dos ejemplos del fenómeno que intento explicar sin que me salgan las palabras:
LAUREN BACALL Y EL CINE NEGRO
Lauren Bacall ha sido una gran actriz de carrera envidiable, pues debutó con 19 años en Tener y no tener (1944) y es de las pocas que se ha mantenido en activo hasta el último momento. En sus últimos años participó en un episodio de la 6ª temporada de Los Soprano y en 2012 estrenó su última película. A pesar de todas sus incursiones en el cine y en la televisión, hay que destacar su participación en el cine negro de los años 40; un momento relevante para un género estaba en pleno auge.
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Tener y no tener (Howard Hanks, 1944)
Sabes que no tienes por qué actuar conmigo, Steve. No tienes que decir nada y no tienes que hacer nada. Nada. O quizá, solo silbar. ¿Sabes silbar no, Steve? Solo tienes que juntar tus labios y silbar.
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El sueño eterno (Howard Hanks, 1946)
– Vivian: Bien, hablando de caballos, antes de apostar me gusta ver cómo arrancan, cómo corren y cómo van en la carrera. Me parece que a usted le gusta arrancar fuerte.
– Marlowe: Por mi parte, creo que tiene usted cierta clase, pero no sé adónde puede llegar, ni cuánto puede correr.
– Vivian: Eso depende bastante del jinete.
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La senda tenebrosa (Delmer Daves, 1947)
Todos somos cobardes. No existe esa cosa llamada valor. Sólo existe el miedo, miedo a sufrir y miedo de morir.
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Cayo largo (John Huston, 1948)
Puede que el mundo esté podrido. Pero una causa no está perdida mientras haya alguien dispuesto a luchar por ella.
Lauren Bacall y Humphrey Bogart se conocieron durante el rodaje de Tener y no tener y 18 meses después ya estaban casados. Fueron una de las parejas de cine más carismáticas y derrochaban química tanto dentro como fuera de la pantalla. Permanecieron juntos hasta la muerte del actor en 1957 a causa del cáncer. Fruto de la relación tienen dos hijos en común: Stephen Bogart y Leslie Bogart.
A pesar de que Bacall tuvo como segundo esposo al también actor Jason Robards, del que se divorciaría 8 años después de la boda, el público considera a Humphrey Bogart como el amor de su vida, y a ambos, como una encarnación de la «pareja perfecta made in Hollywood».

Lauren Bacall y Humphrey Bogart, una pareja de cine
Pese a la gran pérdida de Humphrey Bogart, Lauren Bacall no malgastaba el tiempo mirando al pasado como hacen los protagonistas del cine negro. Ella no era un ser atormentado, sino una gran mujer que siempre miraba hacia el futuro con vitalidad. Una de sus grandes frases reza así: Yo no soy una ‘he sido’. Soy una ‘yo seré’.
De lo que no me cabe duda es de que Lauren Bacall ‘es y seguirá siendo’ una gran estrella que ahora descansa en un sueño eterno.
Lo interesante de una entrada como ésta es que das a conocer la vida de un personaje que ha sido muy importante en el mundo del cine y que ha dejado un legado de su buen hacer a futuras generaciones de actrices. Como te he dicho, he conocido curiosidades de ella que no sabía. Muy bueno sus citas en las películas.
Por futuras entradas así, sobre actores que han marcado y han dejado huella.
[…] además de que pierde, no casa tan bien con esa mirada gatuna que me recuerda a mi querida Lauren Bacall. De entre todas las escenas, destaca la autenticidad del discurso cuando Carol se enfrenta a su […]