La Librería de Isabel Coixet adapta la famosa novela de Penelope Fitzgerald. Una historia que realza el amor por los libros y la maldad pueblerina; el acoso de los explotadores hacia quienes tienen el coraje de arriesgar. Como es el caso de Florence Green, la viuda que decidir abrir una librería en Old House, una antigua casa vacía en la pequeña localidad de Hardborough (Sufflolk, Reino Unido). En dicho pueblo no tienen ninguna otra librería, ¿pero será suficiente con no tener competencia?
La novela The Bookshop, publicada en 1978, se ambienta a finales de los años 50. Unos años en los que emprender no estaba de moda ni era cosa de mujeres. La película se nutre de una voz en off, una narradora que no está en el libro, para realzar las dificultades y el carácter benévolo de Florence Green, a la que encarna Emily Mortimer. Una actriz bien elegida y capaz de conseguir que su personaje nos caiga bien, mientras que la protagonista de la novela no transmite calidez.
Un buen libro es la preciosa savia del alma de un maestro, embalsamada y atesorada intencionadamente para una vida más allá de la vida y, como tal, no hay duda de que debe ser un artículo de primera necesidad.
Isabel Coixet ha conseguido una película elegante, que aprovecha de la belleza del paisaje y se nutre de un buen reparto. Patricia Clarkson, una habitual de su filmografía, interpreta a la poderosa Violet Gamart mientras que Bill Nighy es el caballero Edmund Brundish. Este último, fiel defensor de Florence Green, adquiere mayor protagonismo y su afición por devorar libros es el pretexto ideal para que el film saque a relucir nombres como Ray Bradbury, las hermanas Brontë o Vladimir Nabokov.
La antigüedad no es lo mismo que el interés histórico. De lo contrario, nosotros dos seríamos más interesantes de lo que somos.
El guion de la película ha recibido el premio a la mejor adaptación literaria de 2017 en la Feria del Libro de Fráncfort. No es de extrañar ya que algunas escenas son literalmente adaptadas, aunque hay añadidos que dotan a la película de un carácter más romántico y aventurero. Posee un ligero matiz para acercar la historia a todos los públicos. Esto se deja ver en la incursión de la narradora, en las explicaciones sobre el difunto marido de Florence o en la intachable relación que mantiene con Edmund, mucho más desarrollada en la pantalla.
El film tiene un ritmo lento que se degusta en los diálogos, la fotografía, las tazas de tés compartidas y el olor que parecen transmitir los libros que salen en pantalla. Para quienes hemos leído el libro de Penelope Fitzgerald el interés por la película es aún mayor. La directora Isabel Coixet ha conseguido una buena adaptación e incluso hace que la historia sea más cercana. Si no te apasiona la lectura o el cine de Isabel Coixet, puede que La Librería no sea para ti.
La historia lanza un bello mensaje sobre la necesidad de inculcar la lectura como manera de no estar solo en el mundo. Y es que un buen libro puede ser en muchas ocasiones la mejor compañía.
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