El Atlántida Film Fest 2019 se adentra en su tramo final y nos aporta nuevas propuestas cinéfilas. En esta cuarta crónica comentamos un par de películas del venezolano Andrés Duque, director del que se hace retrospectiva en esta edición del festival. También hay lugar para documentales melancólicos, una película rodada en un continuo plano secuencia, reconstrucciones históricas o las vicisitudes de la generación millennial.
Blind Spot (Tuva Novotny – Noruega)
La actriz sueca Tuva Novotny sabe muy bien cómo afrontar un reto y cambia su habitual puesto de trabajo para debutar en la dirección con Blind Spot, una película rodada en su totalidad en un único plano secuencia.
Más allá de esta proeza técnica y de una elaborada coreografía actoral, nos encontramos con esta demoledora historia familiar en la que unos padres ignoran las amargas intenciones de su hija adolescente. Ese ángulo ciego, como bien dice el título del film, en el que no se refleja los pensamientos reales y secretos de alguien querido. Ese punto muerto de desconocimiento.
La narración arranca sin nada destacable hasta que el impactante suceso despierta el interés del espectador. El peso de la trama recae sobre todo en el punto de vista de la madre (Pia Tjelta), con una interpretación algo exagerada pero terriblemente emocional. Sin embargo, jugar con este tipo de recurso cinematográfico como es el plano secuencia, es arriesgado a la hora de mantener la atención completa del espectador. No lo llega a conseguir, ya que hay momentos de absoluto aburrimiento donde no ocurre nada, en los desearías coger un mando y pasar.
Almudena Pérez
Els ulls s’aturen de créixer (Javier García Lerín – España)
No hay peor huella que la ausencia de un ser querido. El director mallorquín Javier García Lerín, sabedor de esta sentencia, se propuso a indagar sobre ella durante varios años teniendo como protagonistas al músico Miquel Serra y a su perdida sombra, su hermano Joan, artista desaparecido tras una larga temporada de depresión.
En este multipremiado documental de bello título – “Los ojos paran de crecer” en su traducción al castellano – el director ahonda en el ideario musical de Miquel Serra, a medio camino entre el folk de metáforas mediterráneas y la psicodelia espacial, para demostrar cómo la ausencia y la melancolía forman un binomio poético para asentar una carrera musical en la que se intuye la figura del ausente como motor y, a su vez, vía de escape del artista.
El director presenta un documental melancólico pero esperanzador a la vez, plagado de añoranzas y recuerdos tanto a Miquel como a su hermano Joan por parte de testimonios de otros músicos y personas allegadas a ellos y bellamente complementado por imágenes de vídeo y súper 8, aumentando la nostalgia por los buenos recuerdos del pasado, aquellos en los que nuestras sombras nos acompañaban allá a dónde íbamos.
Javier Acedo
Iván Z (Andrés Duque – España)
El Atlántida Film Fest 2019 rescata Iván Z, el documental del director venezolano Andrés Duque, como parte de la retrospectiva que se dedica este año a la obra del cineasta latinoamericano. El documental, que por su corta duración podríamos catalogar como mediometraje, está conformado prácticamente en su totalidad por los testimonios que Zulueta regala a la cámara de Duque desde el hogar materno. Iván Z es un documento corto pero prolijo en los temas que explora, permitiendo que no se quede en el tintero ninguna cuestión importante sobre el trabajo de Zulueta, sintetizando un repaso por los temas más importantes de la vida y obra del artista, como la inspiración para sus primeros cortometrajes, su adicción a la heroína y posterior desintoxicación y, como no podía faltar, las peculiares circunstancias bajo las que se filmó y montó la maravillosa cinta de culto Arrebato, la obra más característica de la corta filmografía de Zulueta.
Mario Zafra
La fiesta se acabó (Marie Garel-Weiss – Francia)
Un adicto nunca está dispuesto a asumir que “la fiesta se acabó” y afrontar una vida libre de drogas. La premisa de esta película francesa es desgarradora desde el minuto uno. Asistimos a la caída de Céleste, una joven de 19 años que vive en la calle y consume drogas desde los 14. Tras un accidente, entra en un centro de desintoxicación y allí conocerá a Sihem. Entre ambas surge una relación especial. Sin llegar al terreno sexual, se cuidan y tienen una complicidad y una química que va más allá de la amistad. El verdadero reto empieza cuando, por saltarse las normas, las echan del centro y vuelven a estar en la calle. La dificultad de enderezar tu vida cuando está llena de tentaciones.
El film no hace concesiones al espectador al mostrar escenas realistas en la vida de un ex adicto: deseos de suicidarse, enfrentamientos con la familia, cambios de humor, mentiras y el convencimiento de que después del primer chute ya nada volverá a ser como antes. A pesar de todo, hay un rayo de esperanza y cada día es una lucha para evitar la adicción. La fiesta se acabó es una interesante propuesta, sobre un tema tratado muchas veces, pero sin caer en paternalismos ni adoctrinamientos, tan solo en el jodido mundo real.
Silvia Gutiérrez
Landscapes in a truck (Andrés Duque – España)
Documental en formato mediometraje y a modo de road movie que filma el recorrido de tres fotógrafos alrededor de parajes rurales de España. Como documento fotográfico acerca de las técnicas de trabajo y cuaderno de campo no hay duda de su valor, en especial para profesionales y amantes de la imagen. Sin embargo, es incuestionable que alcanza un valor excepcional como relato antropológico de la cultura y modos de vida de ciertas comunidades rurales que todavía permanecen.
El montaje muestra una serie de imágenes aparentemente inconexas, sin informar de las localizaciones, en momentos con el ruido autóctono de los lugareños, un río filmado durante casi un minuto, críos riendo como única banda sonora; y en otros fotogramas completamente huérfanos de sonido mientras contemplamos imágenes fragmentadas del revelado en el camión laboratorio o calibrados de imágenes.
Te transporta directamente a otra época y a un ritmo de vida mucho más pausado, y por ello sorprende ver en los créditos finales que esas imágenes fueron tomadas en 2006.
María José Moreno
Mating (Lina Mannheimer – Suecia y Dinamarca)
Unos primeros minutos muy atropellados nos ponen al día del cambio de rumbo que sufrió el documental Mating. En su ideal inicial, la directora Lina Mannheimer buscó a un chico y una chica, para grabarse durante un año y ceder el acceso a sus redes sociales, así profundizaría en cómo se relacionan los jóvenes en el mundo digital. Sin embargo, un fallo de software lleva a los dos participantes a conocerse en persona y empiezan una relación que va más allá del proyecto en el que participan.
Asistimos a la típica historia: Ella siente cosas. Él no. Luego él es quien se enamora y se da cuenta del error de no valorarla en su momento.
Es interesante el grado de amistad que desarrollan y cómo son una pareja sin llegar a serlo. También la sinceridad ante las cámaras y entre ellos, pues se cuentan sus experiencias sexuales con total detalle. Cómo no, Tinder e Instagram son sus apps favoritas. Su contenido no aporta nada nuevo, ya que en la serie Skam, o en muchos otros audiovisuales adolescentes, se profundiza con mayor acierto en la forma millennial de relacionarse.
Otro fallo es su inconcluso final. Pasado el año de grabación, ¿cuál es el propósito? Necesitamos al menos unos rótulos como los del First Date para saber qué pasó con esa pareja, más allá de dónde vive cada uno y en qué trabajan, ya que el documental se centraba en esa relación especial. Emosido engañado.
Silvia Gutiérrez
Un violento deseo de felicidad (Clément Schneider – Francia)
Me temo que esta película no será bien recibida por los amantes de la historia; adopta un punto de vista de la Revolución Francesa que dista mucho de ser una recreación histórica, y se acerca más a un “inventarse la historia”, como apunta su director Clément Schneider: “con la intención de conseguir el espíritu de esa época”. Sinceramente, no estoy segura de que lo haya conseguido, pero bien le ha servido para contextualizar el despertar de Gabriel, un monje sumido en la rutinaria vida de un monasterio perdido en el campiña francesa. La revolución de Gabriel se manifiesta contra el orden monástico establecido y más tarde, en su propio concepto de la vida y futuro, con la irrupción de un destacamento revolucionario que toma el monasterio como fuerte militar y fuente de aprovisionamiento.
Su elaborada oratoria le da una oportunidad de quedarse en el monasterio a cambio de mantenerlo mientras dure la guerra. Con la partida de los soldados, despojado de sus hábitos y con Marianne como única compañia, reconsidera su vida hasta ese momento.
Un violento deseo de felicidad describe la pausada vida en un entorno rural con momentos muy poéticos en parte por la bellísima fotografía naturalista de Manuel Bolaños. Si hay que destacar algún punto flaco apuntaría a un exceso de metraje y a ciertos secundarios estereotipados.
María José Moreno
When the Trees Fall (Marysia Nikitiuk – Ucrania)
Desde Ucrania nos llega When the Trees Fall, la ópera prima de la directora Marysia Nikitiuk, que cuenta la historia de tres jóvenes en el interior del país. La película cuenta con una trama que tarda en ir cogiendo forma y que se mueve entre las alegorías oníricas y escenas de la vida rural donde los personajes deambulan sin saber muy bien hacia donde van, resultando en ocasiones en una narración algo errática, pero que afortunadamente se redirige a tiempo para acabar desarrollando correctamente el tema del filme, sobre la pérdida de la voluntad para vivir la vida del modo que nos hace feliz por culpa del peso familiar. When the Trees Fall es más certera a la hora de desarrollar su subtexto que otras películas europeas que tratan temas similares, gracias a que se apoya en secuencias metafóricas y a que no subraya de manera excesiva sus propios temas, por lo que resulta un interesante debut.
Mario Zafra
El próximo miércoles publicaremos nuestra última crónica del Atlántida Film Fest 2019, el festival online de Filmin que se ha convertido en una cita anual para Que se joda el espectador medio.
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