El D’A 2020, el festival internacional de cine de autor Barcelona, ha sabido adaptarse a los tiempos que corren y se ha trasladado a una edición online, para que podamos disfrutar del festival sin necesidad de salir de casa. Del jueves 30 de abril al domingo 2 de mayo, en la misma fecha que tenía prevista, tenemos acceso a toda su programación desde Filmin. Una oportunidad que la plataforma brinda a sus usuarios al tener disponibles los 68 títulos, entre películas y cortos, que conforman esta edición.
En estos primeros días del D’A 2020 hemos visionado 8 películas de autor, de muy diversos estilos y nacionalidades, que reseñamos a continuación:
Aznavour by Charles (Marc Di Domenico)
En un momento del documental escuchamos: “Si, me veíais. Pero lo que quizá no sepáis es que yo también os veía”.
En esa frase del propio Charles Aznavour reside una de las premisas de este íntimo y reflexivo documental sobre su figura. Lo que vamos a disfrutar en el documental de Di Domenico es la mirada del artista hacia la vida partiendo de sus propias palabras y de cientos de horas grabadas en películas de Súper 8 y 16 milímetros que el propio Aznavour grabó a lo largo de los años.
Desde la intimidad de su vida privada hasta los oropeles de la fama y los conciertos, Aznavour se abre en canal para hablar sobre su ambición para llegar a ser uno de los más grandes mitos de la chanson francesa y el precio que tuvo que pagar por ello, el amor profesado hacia las mujeres que han pasado por su vida y el respeto y cariño por su pasado familiar.
A su vez, el documental nos ofrece una vertiente curiosa del artista, un aspecto diríase antropológico del propio Aznavour que capta imágenes de un mundo donde refleja un presente como un pasado eterno, abriendo una caja de Pandora de recuerdos sobre su infancia que añaden a la obra una poesía que, junto al grano y la imperfección de las imágenes grabadas, consiguen que el conjunto se convierta en una maravilla cinéfila.
Javier Acedo
Disco (Jorunn Myklebust Syversen)
El mayor reclamo de Disco es la actriz Josefine Frida Pettersen, la carismática Nora de la famosa serie SKAM, que protagoniza su primera película. Este drama religioso trata la búsqueda del sentido de la vida por parte de Mirjam, una joven campeona mundial de baile disco, sometida a una gran presión tanto por sus competiciones como por su padrastro, que dirige una moderna iglesia evangélica.
“Tengo que creer en Dios” es su respuesta ante todo. En la iglesia Libertad su familia combina la música disco con Dios. De manera que puedes buscar a Jesús, o creer encontrarlo, en medio de una gran fiesta. Cuando la vida familiar de Mirjam se complica y empieza a fallar en sus campeonatos de baile, la desesperación la lleva a buscar ayuda en una iglesia más conservadora.
Disco nos muestra hasta tres iglesias diferentes y sus cultos, a cual más histriónico, incluyendo una ceremonia cristiana para tratar de expulsar los demonios homoeróticos. Las prácticas purificadoras aumentan en su nivel de ridículo y de peligrosidad. Sin embargo, la película no es clara en su mensaje, más allá de mostrarnos la presión familiar por asuntos de fe. Entre tantos discursos que se alargan, da la sensación de haber tocado el mando sin querer y estar viendo el canal de la televisión cristiana.
Silvia Gutiérrez
El corazón rojo (Marc Ferrer)
No soy amigo de las tradiciones, pero si éstas van unidas a la cinefilia, a pies juntillas que las cumplo. Como la participación de Marc Ferrer en el Festival D’A, casi un ritual dentro de la programación del festival.
En esta ocasión, Ferrer presenta un mediometraje que sigue fiel a su estilo autoral, un homenaje para nada velado hacia Rohmer y la nouvelle vague, llena de referencias pop y de una frescura y sinceridad que pocas veces se nos muestra en una pantalla.
Idas y venidas de personajes dentro del entorno urbano de Barcelona, confesiones sobre amores, sueños, rechazos, cobardías, melancolías sentimentales… todo lo que hemos sentido al menos una vez en la vida Ferrer lo representa con una cercanía y un descarado – pero a la vez tierno – amateurismo que provoca atracción desde el minuto uno.
Con “guest starrings” de lujo como Carlos Ballesteros y Genís Segarra del grupo Hidrogenesse – impagables sus opiniones sobre el cine del propio Ferrer – y el cameo internacional totalmente inesperado de Louis Garrel, El corazón rojo se nos muestra en poco más de treinta minutos como una de las obras más frescas del festival.
Javier Acedo
Girant per Sant Antoni (Pere Alberó)
El mercado de Sant Antoni lleva desde 1882 siendo uno de los mercados más importantes de Barcelona. Su reapertura, tras 8 años y medio de obras, es la excusa perfecta para la realización de este documental. Girant per Sant Antoni nos muestra los cambios a los que se enfrenta todo un barrio en transformación.
«Nos quedamos. Sant Antoni es de las vecinas. Fuera especuladores». Los vecinos se han organizado y no están dispuestos a ceder sus alquileres de renta antigua a las nuevas normas del mercado inmobiliario. Es desoladora la situación del sin techo que vende libros y hasta lo acaban echando de la propia calle.
Este interesante movimiento social contrasta con las obras del mercado: la alegría de los tenderos por la reforma, la relación amistosa entre los obreros… El fallo del documental es que estos dos ámbitos apenas se cruzan, salvo en un momento en que una vecina visita el mercado recién inaugurado. O en las pancartas reivindicativas de los pisos, donde se ve de fondo la fachada del mercado.
Sobre la forma de rodar, juega en contra que las conversaciones no sean a cámara. Esto ocasiona que algunas sean poco naturales al tratar “de forma casual” el tema que se desea resaltar. Como cualquier ciudad que vive del turismo, el presente de Sant Antoni es incierto y habrá que ver su evolución, lo que sí sabemos es que la pancarta “Tourism kills the city” (por ahora) no es necesario sacarla a pasear.
Silvia Gutiérrez
Ivana the terrible (Ivana Mladenovic)
Ivana regresa al pueblo donde nació, con sus padres y su abuela, pero no porque las cosas le vayan mal. Su prometedora carrera como actriz en Bucarest se encuentra en un paréntesis obligado. “Me han encogido las venas”, le dice a sus padres cuando la recogen de la estación de tren como a una niña desvalida. A pesar de que los análisis médicos indican que su estado físico es excelente, Ivana se empeña en buscar una “enfermedad de verdad” que justifique la sensación de asfixia que tiene desde hace meses. El tercer largometraje de la cineasta serbia Ivana Mladenovic es una cinta autobiográfica que aborda mediante el humor absurdo la importancia de considerar la salud mental como tema serio. Mladenovic también protagoniza, junto a su familia y amigos, una película que muestra la otra cara del éxito: la ansiedad, el estrés y la depresión no solo aparecen cuando las cosas van mal. Su abuela, una mujer que no se anda con tapujos a la hora de decirle que se vuelva a Bucarest o busque un marido chino, protagonizará los mejores momentos de la cinta. Este personaje, capaz de acariciarla mientras duerme o darle dinero para que siga haciéndose análisis médicos, representa las dos caras de su familia: la que consigue sacarla de sus casillas pero a la vez siempre estará ahí cuando Ivana lo necesite.
Laura Carneros
Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin (Werner Herzog)
Existe un refrán que afirma que quien tiene un amigo, tiene un tesoro. En ese caso, Werner Herzog tiene que ser uno de los hombres más acaudalados del mundo ante amigos como el que homenajea en su última obra documental, Bruce Chatwin.
Chatwin, escritor británico, aventurero y nómada contumaz, se nos muestra como alma gemela del director germano, ya que comparten una personalidad fuera de lo mundano, con una curiosidad – incluso se podría definir como adicción – por el mundo que nos rodea, misterioso y espiritual.
Partiendo de unas bellísimas imágenes donde la naturaleza del paisaje provoca un impacto en la conciencia humana, Herzog retrata su sincera amistad hacia Chatwin narrando anécdotas y momentos íntimos que quiebran al propio director – sentimientos a flor de piel cuando recuerda el último encuentro con Chatwin –, ofreciéndonos una humanidad que rara vez Herzog ha mostrado en pantalla.
De estructura plagada de meandros y recovecos, el documental demuestra que Werner Herzog sigue incólume con su estilo y sus filias, pero añade a su vez un carácter más reflexivo en sus imágenes, fruto de sus más de cincuenta años de carrera cinematográfica, de retos y locuras, de logros y fracasos, de compañeros de por vida y de amistades eternas.
Javier Acedo
To the ends of the earth (Kiyoshi Kurosawa)
Yoko, reportera de televisión, se embarca en un viaje a Kazajastán junto a tres compañeros. Sin embargo, lo que parece ser la excusa perfecta para que la japonesa se adentre en un viaje hacia su interior, se queda en una propuesta superficial que apenas ahonda en las emociones de la protagonista. Y es que, no es tanta la percepción de búsqueda personal lo que transmite esta película como el llamamiento a la reflexión sobre el machismo a través de la figura solitaria de la chica. Quizá sea este el planteamiento más interesante que propone el director Kiyoshi Kurosawa. Por un lado, encontramos la versión patriarcal y conservadora más radical representada en los hombres kazajos, quienes se muestran molestos y temerosos ante a la participación de Yoko en actividades consideradas masculinas. De manera contraria, la postura de los compañeros de trabajo de Yoko, quienes al comienzo parecen adoptar un trato igualitario hacia la reportera, hacen uso de un falso feminismo que se aprovecha de la buena disposición de Yoko para explotarla desde una posición de superioridad. Del mismo modo, la propia Yoko parece acomodarse en los algodones del paternalismo, cuando, por ejemplo, decide no asistir a las reuniones con sus compañeros o pone toda su esperanza en el matrimonio, por encima de su deseo de ser cantante. Si bien el propio director parece dejar una puerta abierta a lo que finalmente elegirá Yoko, en cualquier caso, Kurosawa toma la distancia necesaria para no juzgar los deseos contrarios de su protagonista.
Laura Carneros
Violeta no coge el ascensor (Mamen Díaz)
Sin ningún tipo de pretensión y buscando matar el aburrimiento de un agosto caluroso en Madrid, las dos amigas Mamen Díaz (directora novel y co-guionista) y Violeta Rodríguez (actriz principal y co-guionista) se reúnen para crear “Violeta no coge el ascensor”. Esta película nace de una fuerte inspiración del film “Hannah Takes the Stairs” de Joe Swanberg, pero con una diferencia añadida: la ruptura de la cuarta pared. La ficción y la realidad se mezclan, dotando así de cierta veracidad y humildad a la obra, ya que se muestra cómo se están haciendo las cosas más allá del “corte” de cámara. Hay momentos que se escuchan las indicaciones técnicas que les da Mamen a los actores.
La historia bebe también del subgénero indie, mumblecore, donde se nos presenta a unos jóvenes que dialogan sobre sus preocupaciones, sus “problemas” y sus deseos inciertos sobre la vida. La protagonista Violeta incluso llega a decir que padece de “insatisfacción crónica”.
Las interpretaciones, la mayoría actores amaters a excepción de la aparición estelar de los hermanos Villagrán, Aixa y Julián, respiran frescura y naturalidad aunque sin deslumbrar especialmente. No busques profundidad ni esperes proezas, la película es simplemente la grabación de un grupo de colegas que se han reunido para contar algo. No hay más.
Almudena Pérez
Recuerda que el D’A 2020 estará disponible hasta el próximo 10 de mayo en la plataforma Filmin. Por nuestra parte, volveremos con una segunda crónica en la que os contaremos qué nos ha parecido nuestra siguiente tanda de películas. Porque si los cines tienen su puerta cerrada, siempre nos quedará abrir la ventana de nuestras plataformas al mejor cine de autor.
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