Atlàntida Film Fest 2020: Crónica IV

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El Atlàntida Film Fest 2020 llega a su fin y, por nuestra parte, toca despedirnos del festival online de Filmin con esta última crónica. En esta ocasión reseñamos 9 películas, entre las que se encuentran las dos que conforman la programación de animación del festival, Away y Las vidas de Marona. Si te gustan los dramas, lo encontrarás en A son y Truth and justice. La frialdad la ofrece tanto Scandinavian silence como la pareja esnob de The souvenir. Encontramos la belleza rural en Stories from the chestnut woods y el horror de la extrema derecha en Let there be light, sin olvidar el punto bizarro de The children of the dead. Como veis, hay propuestas para todos los gustos. Pasen y lean. 

 

A son (Mehdi M. Barsaoui)

Atlàntida Film Fest 2020 - A son

Desde Túnez nos llega esta interesante propuesta de Mehdi M. Barsaoui. A son se centra en el sufrimiento de un matrimonio después de que Aziz, su hijo de 11 años, sea alcanzado por un disparo y necesite con urgencia un trasplante de hígado. 

La película pone de relieve un problema sanitario de este país, pues no están permitidos los donantes anónimos y solo se aceptan trasplantes de familiares. El drama de esta familia se acrecienta cuando las pruebas de compatibilidad de los padres dan lugar a una revelación: el médico le confirma a la madre que Aziz no es hijo biológico de su marido. La elipsis donde se lo comunica a su marido es uno de los grandes momentos de la película. De manera que de un drama grande para la pareja sale otro mayor, que amenaza con destruir su vida en común y los aleja cuando necesitan un mayor consuelo. 

A son pone sobre la mesa un tema tabú como el adulterio femenino en la sociedad árabe. A pesar de que los protagonistas son una pareja moderna, hay un momento en que el marido la amenaza: “Podría mandaros a ti y a ese cabrón a la cárcel. Ya conoces la ley”. También visualizamos el terrible mundo del tráfico de órganos y el poder del dinero para comprar a quienes no lo tienen. Hay una escena en relación que causa bastante impacto. 

El poético final, donde los silencios y las miradas dicen tanto, es todo un acierto y enaltece esta película que consigue hacernos prestar atención (y hacernos sufrir) desde el primer minuto. 

Silvia Gutiérrez

 

Away (Gints Zilbalodis)

Atlàntida Film Fest 2020 - Away

Desde Letonia llega al Atlàntida Film Festival 2020 Away, una llamativa propuesta animada dirigida por Gints Zilbalodis. Away es una película muda en la que el simbolismo y el lirismo harán las delicias de los apasionados de la animación. Con una humilde pero hermosa estética de apariencia vectorial, Zilbalodis es capaz de crear escenas de un gran magnetismo y cuyo mensaje se diluye en pos del puro simbolismo. Acompañando al chico protagonista y a un pájaro amigo en su viaje en moto mientras huyen de un totémico ser oscuro, la propuesta recuerda rápidamente a algunos videojuegos como el español Rime o al trabajo del maestro japonés Fumito Ueda.

Las sensaciones de paz que transmite el film, así como su preciosista estética, convierten a Away en el más que sorprendente debut de un cineasta que ha llevado a cabo un enorme alarde de creatividad con tan solo 23 años. Definitivamente Gints Zilbalodis se erige así como un prometedor artesano al que seguir la pista desde ahora en adelante.

Mario Zafra

 

Las vidas de Marona (Anca Damian)

Atlàntida Film Fest 2020 - Las vidas de Marona

Entre tanto hostigamiento de las principales casas de animación, por ocupar toda la cuota de exhibición en salas y su cada vez menos creatividad a la hora de erigir sus películas, siempre destaca alguna producción independiente. Los amantes del cine de animación a menudo son fieles conocedores de las llamativas novedades y suelen caracterizarse por acercarse a todo tipo de propuestas, por lo que pueden estar de celebración. Las vidas de Marona, de la cineasta rumana Anca Damian, es una de las propuestas más cálidas y tiernas de esta edición del Atlàntida Film Festival 2020.

Como si de un Lazarillo de Tormes o, hablando más cinematográficamente, de un Al azar de Baltasar se tratase, la película narra la vida de Marona y sus vivencias con los distintos dueños que ha tenido a lo largo de su existencia. Desde el primer y efímero hogar familiar del dogo argentino racista de su padre hasta la casa de un afable equilibrista o la de una abuelita enferma, Marona aprende algo de cada uno de sus dueños y así lo hacen saber sus frecuentes reflexiones en voice over, que aportan una enorme candidez canina a las imágenes.

Estupenda cinta para ver con niños y un exquisito deleite visual animado, Las vidas de Marona es un imprescindible para cualquiera que busque una frágil calidez humana a través de la pantalla.

Mario Zafra

 

Let there be light (Marko Skop)

Atlàntida Fim Fest 2020 - Let there be light

La película eslovaca Let there be light de Marko Skop es una instantánea terrible del auge de la extrema derecha en la Europa central, de ese tipo de cintas que dejan mal cuerpo y temor en tu interior tras levantarte de la butaca. Y es que películas como esta, entre las que podríamos citar alguna otra como la genial Frost de Sarunas Bartas, presente en el Atlántida de  2018, no juegan con la efímera inquietud de la ficción, sino con el monstruo creciente que nos observa desde nuestra propia realidad. Este tipo de historias no ofrecen al espectador la tranquilidad de estar a este lado de la pantalla y no del otro, pues funcionan a modo de espejo más que como una ventana.

Creando tensión a través de la duda y la sugestión, Let there be light se narra a través de un afable padre de familia que vuelve de trabajar en Alemania a su Eslovaquia natal para pasar las navidades con su familia. A través de un impactante suceso que conmociona a la comunidad local se van revelando las imbricaciones y la complicidad que unen al fascismo, a los cuerpos represivos del estado y a la Iglesia Católica. Buena obra de cine europeo, resulta una estupenda elección si te apetece pasar un buen mal rato.

Mario Zafra

 

Scandinavian silence (Martti Helde)

Atlàntida Film Fest 2020 - Scandinavian silence

Un silencio escandinavo tan frío como la nieve, congela las facciones y los sentimientos de dos hermanos llenos de desdichas y traumas que resultan en personalidades distantes, pero que contrariamente añoran el abrazarse para suplir el vacío que crearon en sus vidas.  

El segundo largometraje del estonio Martti Helde viene cargado de bellísima estética virginal que pretende fundirse con el ser humano a través de un viaje emocional en blanco y negro por parajes níveos y albos de naturaleza pura y recóndita, creando una especie de metáfora no muy bien trazada, desgraciadamente.

Y es que el filme a nivel argumental no consigue elevarse hasta la posición que llega adquirir su formalismo. La historia se fragmenta en tres tiempos paralelos en los cuales se presentan dos perspectivas para el desahogo y la expresión de dolorosos sentimientos, algo que resulta remarcable si no utilizase constantes reiteraciones, obviedades y un tempo lento que no hacen más que rellenar insípidamente el vacío sustancial de muchas de las escenas.

Gonzalo Cámara

 

Stories from the chestnut woods (Gregor Bozic)

Atlàntida Film Fest 2020 - Stories from the chesnut woods

Durante la Segunda Guerra Mundial, en un bosque de castaños repleto de inconmensurable belleza mágica, entre Italia y la antigua Yugoslavia, se sitúa una de las tantas autóctonas leyendas de corte sumamente realista acerca de la miseria. Gregor Bozic decide contarnos una elegía melancólica de amor y dolor, en donde su protagonista, un tacaño pero afectuoso carpintero de ataúdes y cofres, sufre la muerte de su anciana mujer.  A través de una mirada única acerca de la miseria que aflige a las poblaciones rurales, el esloveno con su ópera prima profundiza desde la mística en el sentimiento trágico hacia aquellos seres queridos que, por naturaleza o pobreza, fallecen. Su poética colorista y preciosista indaga a la perfección entre estos matices, consiguiendo plasmar el alma doliente y la desidia de los desdichados habitantes de un bosque que por culpa del tedio de la vida a causa de la guerra, no encuentran más hermosura que el encanto de sus castaños.

Y es por esto que lo más remarcable del filme es su fuerte sentimiento panteísta, en donde sobresale una inflexión hacia lo extraordinario y sublime de los fenómenos naturales y como ellos se confabulan con el ser humano. Esto es tal que recuerda a grandes directores tales como Andréi Tarkovski, o a bellísimas películas como Madre e hijo (1997) de Aleksandr Sokúrov

Gonzalo Cámara

 

The children of the dead (Pavol Liska, Kelly Copper)

Atlàntida Film Fest - The children of the dead

Subversión y humor absurdo se dan la mano en el debut de Liska y Copper – con producción del siempre interesante director Ulrich Siedl – donde, tras una historia parcheada de cine explotation, serie Z y zombis, esconde un repaso lleno de hiel e ironía a la historia contemporánea de Austria, incluido inmigración y ascenso de ultraderecha.

Rodada en Súper 8, sin diálogos y con un extravagante uso de la banda sonora, este remedo de heimatfilm – género clásico muy popular en Austria y Alemania que consistía en un cine donde se narraban las bondades y maravillas de las tierras bávaras –, funciona casi a la perfección como propuesta subversiva, totalmente a contracorriente y con un fuerte carácter punk a los convencionalismos actuales en el terreno cinematográfico.

Los directores echan toda la carne en el asador desde el primer minuto ocultando el carácter austríaco tras capas de cierto amateurismo audiovisual – añadido a un montaje de planos vertiginoso y casi cocainómano –, chuscos efectos especiales e interpretaciones histriónicas, ofreciendo como resultado final un mixing disfrutable para paladares psicotrónicos que deja regusto en el paladar de autor.

Aunque, cierto es, que tamañas propuestas nunca acaban con resultado de total satisfacción y el film no es ninguna excepción. En su tercio final, la algarabía y radicalidad acaba por pasar factura a través de un “todo vale” que, aún en productos de estas características, se desboca en demasía.

Javier Acedo

 

The souvenir (Joanna Hogg)

Atlàntida Film Fest 2020 - The souvenir

Tiene que ser complicado hablar de uno mismo, plasmarlo en una pantalla y que atrape.

No es solo lo que se cuenta – en definitiva, es la vida de uno lo que se narra y, si tu vida es aburrida, el resultado será aburrido –, sino cómo lo cuentas. Ahí radica el quid de la cuestión en el cine autobiográfico, en cómo narrar una serie de hechos de tu propia vida sin caer en la indulgencia ni en lo soporífero.

Y, para el que suscribe, la directora londinense narra unos hechos interesantes de una forma errónea.

Hogg ofrece en este film – presumiblemente, la primera parte de una futura saga cinematográfica – sus comienzos en el terreno cinematográfico como estudiante de cine y su tóxica relación con un supuesto dandy de pasiones opiáceas, que la llevará casi a la delincuencia y al enfrentamiento con su madre.

Pero el planteamiento, a ratos inocuo y excesivamente gélido en el campo de las relaciones entre los personajes del film, hacen que el espectador no comulgue con él, sintiendo un total rechazo hacia los actores – en especial, la pareja de la protagonista, de un snobismo como no se había visto en años en una pantalla – y, en definitiva, hacia la historia en sí misma.

El cómputo final del film resulta decepcionante ante el sentimiento de pérdida de oportunidad por parte de la directora de ofrecer una interesante historia a modo de reflexión sobre la creación artística y la lucha que conlleva por la misma creación, sin olvidarnos del desaprovechamiento de unas actrices en gracia, la debutante Honor Swinton Byrne y su madre, la gran Tilda Swinton, en un tenso pero emotivo juego de roles maternofiliales.

Javier Acedo

 

Truth and justice (Tanel Toom)

Atlàntida Film Fest 2020 - Truth and justice

La película más taquillera en la historia de Estonia se ha podido ver en el Atlàntida Film Fest 2020. Esta superproducción nace de una adaptación literaria y conforma un drama rural, de factura impecable, que puede presumir de grandes interpretaciones y de una cuidada fotografía. 

Truth and justice se ambienta en el siglo XIX y se centra en la transformación de Anders, el nuevo patrón de la granja Robber’s Rise. A lo largo de 24 años seremos testigos de su caída en desgracia y de los motivos que le han llevado a perder el rumbo. En este declive tiene un papel protagonista su vecino, su eterno rival, al que se enfrenta repetidamente tanto en persona como en los tribunales. 

El orgullo, la intransigencia, el honor o las grandes gestas se reflejan en esta historia de época. La sociedad patriarcal se deja notar en todo momento: «El orgullo de un hombre está en su tierra y en su hijo», se dice en un momento de la película. 

La religión cobra gran importancia, pues se insinúa que el endurecimiento del protagonista se debe a leer demasiado las escrituras de la Biblia, de manera que la palabra de Dios es más poderosa que la de aquellos que le rodean. 

Se trata de un film que tiene todos los puntos para convertirse en un clásico del cine estonio y en una interesante propuesta para los seguidores de este tipo de dramas rurales. 

Silvia Gutiérrez 

 

Si hacemos un recopilatorio final de las cuatro crónicas festivaleras del Atlàntida Film Fest 2020, hemos reseñado un total de 48 películas y una mini-serie. Todo esto ha sido posible gracias a la dedicación, en pleno mes de agosto, de los incansables cinéfilos que han prestado su plumilla a manos de Que se joda el espectador medio: Gonzalo Cámara, Javier Acedo, Laura Carneros, María José Moreno, Mario Zafra y Silvia Gutiérrez. Esta humilde web os espera con los brazos abiertos para próximas coberturas y colaboraciones. 

Y a ti, lector@, si has llegado hasta aquí y si has tenido ocasión de ver algunas de las películas del Atlàntida Film Fest 2020, ¡cuéntanos cuáles han sido tus favoritas! 

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